lunes, 12 de julio de 2010

Brujas ¿A mucha honra?

El hombre, al inventar la escritura dio un gran paso, pero lo dio solo, pues nosotras las mujeres nos quedamos en la prehistoria, mientras él evolucionó hacia la historia universal del hombre. Ejemplo claro de esto es la enseñanza que se nos da en el colegio, de todo lo que llegamos a conocer el universo femenino representa un pequeño porcentaje… lo que por un lado sigue perpetuando la ignorancia frente al tema, y por otro puede que me sirva, porque al no conocer a ciencia cierta el rol de la mujer en la historia, me da cabida para imaginar, especular y sacar conclusiones que pueden llegar a ser interesantes aunque sin ser certeras a cabalidad.



Lo femenino en la antigüedad.
Mesopotamia sobre todo, estuvo quizás ligado a la agricultura, pues es la hembra quien tiene la capacidad creadora, capacidad de dar vida, es ella un ser fecundo, característica fundamental dentro del proceso de siembra, cuidado de las cosechas y renovación de la tierra, porque tanto mujer como tierra comparten el mismo ciclo cósmico, nacimiento, crecimiento, regeneración y muerte. Existen también, un tópico curioso que parte de tocar a las cultural de la “media luna fértil”, van más allá abarcando a la antigüedad clásica, este tópico son las deidades femenina, que exponen a mujeres guerreras, sabias, intuitivas, seductoras y amantes, como la sumeria Ishtar, la cananea Anat, las egipcias Isis y Osiris, etc. Con el paso del tiempo las diosas fueron estereotipadas y rebajadas, aquí tenemos como ejemplo a Afrodita, quien fue banalizada a una mera imagen romántica, a Era, como la celosa esposa de Zeus y a Artemisa convertida en una salvaje. Además las mujeres fuimos expulsadas de los templos y rituales.
Con la llegada del monoteísmo llegó también el sacrificio de las diosas de numerosos cultos y el patriarcado termino de consolidarse.
Sumerjámonos ahora en el periodo que fue quizás el más oscuro para el género femenino, la edad media, donde pasamos a ser cazadas debido a nuestra condición de brujas o herejes y si vemos mas allá reconoceremos que fue solo por nuestra natural y simple condición de mujeres.
Por definición, bruja es la persona que según la opinión vulgar tiene pacto con el diablo y por ello tiene poderes extraordinarios con los cuales obtiene satisfacción espirituales y materiales o sea, un concepto que para nuestra época seria calificado de crédulo o ignorante por la mayoría de nosotros, pero para aquellos años, este fue un personaje ambiguo, capaz de hacer el mal, pero también de curar, temido y respetado. Sin embargo, en el siglo X la iglesia determinó que el brujo o la bruja era enemigo, encarnación de prácticas paganas y servidor del diablo.
El año 900 la brujería fue denunciada por el monje Regimon de Prum, pero fue en 1279 en donde se escribieron las penas para los seguidores del demonio en el Summa Offiáo Inquisitionis, luego se editaron diferentes documentos como el Tractatus contra demonum invocatores de 1450, la Bula de 1484 del Papa Inocencio VIII y finalmente en 1485 aparece el Malleus Malleficarum o “martillo de las brujas” descrito como uno de los documentos mas aterradores de la historia humana. Vemos aquí como la imprenta inventada en 1450, jugó un papel vital en la difusión de estos tratados y en la generalización del estereotipo de bruja satánica, es decir, en la propagación de la ignorancia y la intolerancia.
Comenzó así la caza de brujas, que alcanzo su clímax entre los siglos XV y XVII, en toda Europa. Porque el leproso, el judío y el hereje que fueron en su tiempo los culpables de los males de la sociedad fueron reemplazados por la figura de las brujas, hijas de Eva (quizás Liliths), que eran un puente con lo diabólico, un clon perfecto sacado de la costilla de Adán que representaba la eterna tentación, pero quizás estas solo fueron máscaras para tapar el temor a la sexualidad encarnada por la mujer y el poder que confiere la maternidad. Esto se refleja en las cifras que muestran que solo uno de cada 3 ó 4 mujeres fue condenado por brujería.
El estereotipo fue recargado con factores como el devorar niños, volar en escobas por las noches, la transformación en gato, la fabricación y uso de pócimas, etc. y debido a estos elementos es que las profesiones de partera y curandera comenzaron a ser asociadas a prácticas diabólicas
Así fue como se detuvo a muchas mujeres por mera sospecha. Al arrestarlas se les buscaba “marcas del diablo” que iban desde cicatrices a marcas de nacimiento, si no las había, no importaba, pues, también existían las “marcas invisibles”. Luego se procedía al interrogatorio en donde se obtenía una confesión por medio de las torturas, como el potro o los vejámenes sexuales.
El verdugo de todo este proceso fue el Santo Inquisidor, un hombre de esas, perteneciente al clero regular, con un perfil previsor, prudente y sabio, que impartía las penas generalmente la quema en la hoguera, la incautación de bienes, los que eran divididos entre la iglesia y el estado, además los miembros del tribunal tenían una gratificación por bruja quemada.
Pero ¿Por qué tanto ensañamiento con las mujeres? Bueno, sin duda la persecución de la brujería fue, aparte de un buen negocio, un mecanismo puesto en marcha con el fin de destruir la cultura popular, ¿y quién era la que custodiaba y preservaba estos saberes populares? Pues, la mujer, quien enseñaba costumbres morales y saberes ancestrales como el uso de plantas. Así mediante este control social se logro un proceso largo y lleno de cambios y de una fuerte enculturación en donde se destruye la economía campesina dándole paso al capitalismo, se separa la cultura popular con una de elite y así una seria de cambios sucesivos, como la reforma religiosa, contrarreforma, etc.
Podemos concluir que la Inquisición fue un periodo lejano, antiguo, que cobro miles de víctimas sobre todo mujeres, debido a la ignorancia generalizada y al a represión eclesiástica. Pero, hay que tener cuidado, pues si nos proyectamos un poco podemos comenzar a darnos cuenta que no estamos tan lejos de la Inquisición, y menos nosotras las mujeres que luchamos por la equidad.
Vivimos en Latinoamérica, en donde la iglesia aplasto todas las religiones indígenas, primer ejemplo, pero avancemos mas en el tiempo, la cárcel, la tortura policiaca, la pena de muerte y las mutilaciones legales, los cautivos de guerra y las bases como Guantánamo son métodos modernos de castigo. El orden impuesto a través de las prisiones, las fábricas, la escuela, la familia y los métodos de vigilancia, perpetúan el papel secundario de la mujer.
La nueva Inquisición encarnada por el poder político y el capital, se ocupa de nuestra vida pública, privada, de nuestros bienes, e incluso nuestra sexualidad y sobre todo la femenina. Sí, porque seguimos siendo el blanco más golpeado a través de la educación, que no es más que un sistema de domesticación, nos siguen contando cuentos donde los malos son las brujas, nos siguen educando para el hogar, para ser buenas amantes, madres y esposas, aun solo el 30% de la fuerza laboral y seguimos ganando menos que los hombre, en el hogar somos aun víctimas de violencia, como un ejemplo que horroriza: en Chile muere una mujer cada 5 días debido a estas prácticas; e incluso en la maternidad no tenemos total control, pues a pesar de tener cuerpo, no somos dueñas de este, si se nos prohíbe abortar, y así, muchos ejemplos más.
Pues, si bien, la mujer ha avanzado u huido de la Inquisición, no lo ha hecho totalmente, debemos acabar con ella pronto. Porque, sí, somos parte de la historia de la humanidad y no queremos seguir siendo brujas, ni sumisas, ni devotas, sino ser lo que somos, simples y sencillas mujeres.
La-fo
Ideacrata 6 primavera del 2005

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