martes, 6 de diciembre de 2011

Sokushinbutsu


"¿Cómo vivir en un mundo con el que una no está de acuerdo? ¿Cómo vivir con la gente si una no considera suyas ni sus penas ni sus alegrías? Si sabe que no es parte de ellos.

...Al convento se iban en otros tiempos las personas que no estaban de acuerdo con el mundo y no consideraban como propias las penas y las alegrías mundanas. Pero nuestro siglo se niega a reconocerle a la gente el derecho a no estar de acuerdo con el mundo y por eso los conventos a los que podía huir ya no se encuentran. Ya no hay sitios retirados del mundo y de la gente. De un sitio como aquel solo queda el recuerdo, el ideal del convento, el sueño del convento. La cartuja. Se retiró a la Cartuja de Parma. La visión del convento.

...Llegó a un arroyo y se tumbo en la hierba. Llevaba ya bastante tiempo allí y tenía la sensación de que la corriente penetraba dentro de ella y arrastraba consigo todos sus dolores y su suciedad: su yo, perdía el yo, estaba sin yo; y en eso consistía la felicidad.

...Lo que de la vida es insoportable, no es ser, sino ser su yo. El creador y su computadora dejaron sueltos en el mundo a miles de millones de yos con sus vidas. Pero ademas de esa enorme cantidad de vidas es posible imaginar un ser más fundamental, que estaba ahí antes aún de que el creador comenzara a crear, un ser sobre el que no tenía y no tiene influencia. Cuando estaba hoy tumbada en la hierba y penetraba dentro de ella el canto monótono del arroyo, que arrastraba consigo a su yo, la suciedad del yo, participaba de este ser fundamental que se manifestaba en la voz del tiempo que transcurría y en el azul del cielo; ahora sabe que no hay nada más bello.

...Vivir, en eso no hay felicidad alguna. Vivir: llevar por el mundo a su dolorido yo. Pero ser, ser es felicidad. Ser: convertirse en una fuente, en recipiente de piedra sobre el que cae el universo como una lluvia tibia."


1 comentario:

  1. Ultimamente suelo pensar que si me saturo finalmente de todo, al punto de no soportarlo más, me enclaustraría. Pero en un lugar en el que no tenga que cocinar ni fregar sotanas de mierda. Un lugar al que no tenga que ver a nadie y sólo me tenga a mi. Para terminar de volverme loca en soledad, o recuperar la cordura con lo que realmente existe. La vida en sociedad me confunde y confundo lo que realmente existe con las mentiras.

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