Sonó
la kampanilla del balkón, sonrió atrapada en las sábanas, tengo tanta paja k en
vez de levantarme y salir a verte por la terraza, agarró el celú y te llamó.
-K
pasa brother?-
-Biribiri-
-Biribaibai-
-Estas
desokupada?-
-Si-
-Kieres
desayunar aki konmigo?-
-Si,
yupiiiiiiii-
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Agarro
mi rídicula bata naranjada y del kalor de mi kama salto al frío del pasillo de
un viejo edificio del centro de Santiago, subo la escalera, lo más rápido k
puedo hacia el kuarto piso, hacia el departamento k esta exactamente arriba del
k habito yo. Lamentablemente yo pago arriendo por esta pocilga, Buhle no,
simplemente lo okupa, maldito!. Golpeo la puerta, abres y veo tu radiante sonrisa.
-Komo
estas, Ritalin?-
Un
gran beso en la boka de saludo, inmediatamente mi kuerpo se pone a trabajar y
se humedece.
-Fértil
komo un kampo, y tu?-
-Te
eche de menos-
Un
abrazo largo en el k puedo sentir tu kuerpo, diferente al mio, duro y suave,
huelo tu olor y te doy otro beso, siento tus manos en mi espalda, se deslizan
kada vez más abajo, hasta sentirme fértil, komo el lampo.
-Mejor
desayunemos-
-Mejor-respondo.
Pan
con palta, té, hierbas, kafé. Hierba de postre. Músika de fondo, para kualkier
fiesta animada. Es pasado el medio día y Buhle se akuesta, me sako toda la ropa
y me akuesto yo también.
Me
apoyo en el hueko de tu brazo, akariciandote la pansa, siento tu floja mano por
mi espalda y hablo sin parar de algunas kosas k keria mucho kontarte, sobre lo
k hice, me pasó o supe en estos días, te noto kansado, luchando por no kedarte dormido,
cierro los ojos y la boka, eskucho la música, siento tu kuerpo relajado y me rindo
a dormitar. Momentos komo este podrían ser eternos, podría morir en un momento
komo este, kalentito, suave, trankilo, kon olor a hierba, incienso y Buhle.
Es
como la comida favorita.
-continuará-
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