viernes, 23 de mayo de 2014
jueves, 22 de mayo de 2014
SOBRE(DOS)IS, EL CLUB DE LXS 27
-->
El club de lxs 27 esta de fiesta, esta noche
hacen música, danzan y maullan..
Estan de fiesta por k has llegado.
Me llaman a unirme al ritual pagano, pero
tengo miedo, el miedo paraliza.
5 años pasaron ya de akella fiesta k se ha
transformado en un ritual pagano, un juego anual.
Vamos a jugar?
Vamos a jugar; me tientas a estos 27 años k tengo
ahora k tu tenias y tendrás por siempre en las fotos..
El club de lxs 27 esta de fiesta..
Vamos a celebrar?
5 años y me animo a volver a eskribirte..
kiciera decirte todas las palabras k me
guardo en la garganta, en tu oido muerto..
o si no se me konvierten en pollos negros
matutinos..
Kiciera decirte k no tenías pork pedir
diskulpas por no ser el “mejor polvo de nuestras vidas”; pero, en ese momento
no te lo dije.. aún no era tiempo de vista clara, de darme kuenta de lo
programadas k hemos sido e intentabamos hacer komo en las pelíkulas..
Kiciera haberte dicho:-kedate- esa tarde de nudistas de patio.
Kiciera decirte k te enkuentro un agueonao
por morir, por no haber seguido akella intuición, por pasarte por la raja la
situación e insistir en el deseo personal, en el ejercicio de poder y tomar
nuevamente lo arrebatado e insistir, errar y morír..
K es la muerte?
Existe?
Si “nada se krea ni se destruye, solo se
transforma”; entonces sigues aki.. siempre has estado, nunka te has ido y nunka
te irás? Somos eternas?
Kiero saberlo, kiero llegar al final de este
video juego, kiero darlo vuelta..
saber.
Sin embargo, no hubo momento para decirte
estas kosas..
Kreo k estabamos fuera de foko, el foko k es
el centro de una.
Busco liberarme de mi. De este producto k “soy”,
de este resultado.
Explotar.
Explotando esta konstrucción de mi, de
amarrarme a kreer k la babilon es la realidad, de kreer k soy mujer, de kreer k
el sexo es más k un juego y k la posesión es amor.. de kreer k necesito dinero
para vivir, de kreerme las reglas y jugar en el tablero, de kreer/krear el
drama, de ser juez y victima, de sentir culpa..
Mejor komamos chokolates!
La filosofía barata, los zapatos de goma y el
poeta de mal gusto..
Al club de lxs 27 ha arribado el terrorista
romantiko kantante.. la filosofa barata/maraka no llega aún, pork aún no se
anima a kantar..
te abrazo por la espalda esta noche, exploto
kontigo.. exploto por ti en un líkido resbaladizo k no es tu sangre..
Gracias por verme, por llorar y por las
borracheras de poetas malditas..
Kaoslove
Kaoslove
Nos vemos pronto, fumando pitos..
SOBRE(DOS)IS.
Kaoslove
Atte. La borracha
SOBRE(DOS)IS.
Kaoslove
Atte. La borracha
Atte. El club de lxs 27.
martes, 20 de mayo de 2014
SOBRE(DOS)IS NOMADA
BONUS TRACK I
VOLAR
O TAMBIÉN PODEMOS CONTINUAR CON ESTA FARSA
BONUS TRACK II
Jipismo Ilustrado
domingo, 4 de mayo de 2014
SOBREDOSIS; Atte. El club de lxs 27..
“Tuvo la impresión de moverse por un laberinto del que no iba a
salir nunca, un mundo secreto y misterioso en el que imperaban leyes diferentes
de las que ella conocía, leyes incomprensibles para todo el que viniera de
fuera, impuesta para confundir al visitante y para convencerlo de la ilimitada
autoridad del shogun y bakufu.
..Solo cuándo hayáis reconocido que ni siquiera el derecho es
escencial en comparación con la injusticia, que no es importante si sentis frío
o calor, amor u odio, y si comprendéis que en vuestro interior no portais
ninguna diferencia fundamental, sólo entonces podréis decir adios al dolor..
Y siguió caminando. El campo sembrado de tumbas parecía no querer
terminar nunca. Debía ser agradable, seguir caminando así, cada vez más lejos,
hasta cruzar la frontera, pensó. No esperaba encontrar, tras la frontera, un
paraíso en el que Amida saldría a recibirla. Lo que esperaba encontrar era la
nada: un lugar oscuro, desierto; allí se detendría toda percepción. No creía
que allí fuera a tener miedo, como Seami había hecho decir a los heroes de sus
piezas. Pero ¿cómo es posible llegar a un lugar que no existe? Se preguntó.
Exactamente allí esta el salto que hay que dar, le respondió una voz. Todo es
uno, no dos.
A la vista de esta gigante estatua comprendío por primera vez, que
además de la belleza y el amor existe otro altísimo valor: la nada.”
BONUS TRACK I
EL DESNUDISMO
Nosotros hemos considerado siempre el desnudismo como una reivindicación de orden revolucionario.
Debemos añadir que es únicamente como medio individual de
emancipación que nos interesa. Lo que no quiere decir que no como
prendamos se practique la desnudez con un fin terapéutico o para
aproximarse a un estado de cosas “naturista”. Desde el punto de
vista individualista, la práctica del desnudismo es algo más que un
ejercicio higiénico que realza la cultura física.
Consideramos la práctica de la desnudez como: Una afirmación.
Una protesta. Una liberación.
Una afirmación. Reivindicar la facultad de vivir desnudo, de
desnudarse, de deambular desnudo, de asociarse entre nudistas sin
tener otra preocupación al descubrir el cuerpo que la resistencia
a la temperatura, es afirmar el derecho a la entera disposición de
la individualidad corporal. Es proclamar la indiferencia a las conveniencias, las morales, los mandamientos religiosos y las leyes
sociales que niegan al hombre o la mujer, con pretextos diversos,
disponer de las diferentes partes del cuerpo. Contra las instituciones societarias y religiosas que aseveran que el uso o desgaste del
cuerpo humano está subordinado a la voluntad del legislador o
del sacerdote, la revindicación desnudista es una de las manifestaciones más profundas de la libertad individual.
Una protesta. Reivindicar y practicar la libertad de la desnudez es
protestar, en efecto, contra todo dogma, ley o costumbre que establezca una jerarquía de partes corporales; que considere, por ejemplo, que la exhibición de la cara, las manos, los brazos, la garganta, es más decente, más moral, más respetable que poner al desnudo
parte de las nalgas, los senos o el vientre. Es protestar contra la
clasificación de las partes del cuerpo en nobles e innobles: la nariz,
por ejemplo, considerada noble, y el miembro viril sumamente innoble.
Es protestar, en sentido más elevado, contra toda intervención (legal o como sea) que exige que “no obliguemos a nadie” a desnudarse “si no le gusta”, y que nosotros estemos “obligados a vestirnos”,
¡si así conviene a otros!
Una liberación. Liberación de la vestimenta, de la sujeción de llevar una ropa que jamás ha sido ni puede ser otra cosa que un disfraz
hipócrita, puesto que la importancia se traslada a lo que cubre al individuo -por consiguiente, a “lo accesorio”- y no a su cuerpo, cuya
cultura, sin embargo, constituye lo esencial. Liberación de una de
las principales nociones sobre las que se basan las ideas de “permiso”, “prohibición”, “bien” y “mal”. Liberación de la coquetería, de
la pasiva aceptación de ese dorado marco artificial que mantiene la
diferencia de clases. Rescatarse, en fin, de ese prejuicio de pudor
que no deja de ser más que “la vergüenza del cuerpo”. Librarse de
la obsesión de “obscenidad” que actualmente cultiva el tartufismo
social.
Sostenemos que la práctica de la desnudez es un factor de “mejor camaradería”, de “compañerismo menos escaso”. Un compañero, o una compañera, nos es menos distante, más caro, más íntimo, solamente por el hecho de darse a conocer a nosotros sin segunda intención intelectual o ética, y más aún sin el menor disimulo corporal.
Los detractores del desnudismo nos dicen que la vista de lo desnudo, la frecuentación entre desnudistas de los dos sexos exalta el deseo erótico. En realidad, la “exaltación” erótica engendrada por las realizaciones desnudistas es “pura, natural e instintiva” y no puede ser comparada a la “excitación” ficticia producida por el semidesnudo, la ligereza del vestido galante y todos los artificios del tocado y los afeites de que se sirve la sociedad vestida, o a medio vestir, en que nos hallamos.
Sostenemos que la práctica de la desnudez es un factor de “mejor camaradería”, de “compañerismo menos escaso”. Un compañero, o una compañera, nos es menos distante, más caro, más íntimo, solamente por el hecho de darse a conocer a nosotros sin segunda intención intelectual o ética, y más aún sin el menor disimulo corporal.
Los detractores del desnudismo nos dicen que la vista de lo desnudo, la frecuentación entre desnudistas de los dos sexos exalta el deseo erótico. En realidad, la “exaltación” erótica engendrada por las realizaciones desnudistas es “pura, natural e instintiva” y no puede ser comparada a la “excitación” ficticia producida por el semidesnudo, la ligereza del vestido galante y todos los artificios del tocado y los afeites de que se sirve la sociedad vestida, o a medio vestir, en que nos hallamos.
(Texto publicdo en 1956, vale aclarar que Emile Armand alentaba
el amor libre y el desnudismo ya desde los años 20 y 30)
BONUS TRACK III
Incluso a pesar de no entender lo que
estaba sucediendo,
He tenido experiencias de iluminación
usando drogas alucinógenas. Sé que el LSD es falso, pero ¿qué hay de
verdad, si es que hay algo, en los hongos?
La pregunta es de Reese Guth.
El LSD no es falso, es tan real como
cualquier otra cosa. Pero la experiencia que crea es un falso samadhi. Recuerda
la distinción que estoy haciendo: el LSD no es falso, pero la experiencia que
se crea bajo el efecto del LSD es una experiencia falsa.
Has dicho: «He tenido experiencias de
iluminación...».
No eran experiencias de iluminación.
Quizás hayan sido experiencias de luz, pero no de iluminación, flashes; pero tú
no te iluminas con esas experiencias, no te conviertes en un buda; al
contrario, son desastrosas para ti. El LSD cambia la química de tu cuerpo,
igual que los hongos. No te cambia a ti, cambia tu cuerpo, igual que el
alimento, el aire, el clima, la luna, la luna llena; todo ello cambia tu
cuerpo, pero tú no cambias por ello. Todos esos cambios suceden en el cuerpo,
son cambios químicos; no alquímicos, sólo químicos. ¿Qué es un cambio
alquímico? Cuando tu consciencia cambia. Y la consciencia no puede ser cambiada
por nada que venga de fuera.
La consciencia no puede cambiarse con el
alimento, comer este alimento o aquél. La consciencia no puede cambiarse no
comiendo, o ayunando. Recuerda, no hay mucha diferencia entre la gente que toma
LSD y la gente que hace un largo ayuno, ¡ninguna diferencia! Ambos están
tratando de cambiar la química del cuerpo. Los que toman hongos y otras drogas
no están haciendo nada diferente de los que hacen ejercicios de yoga, porque de
ambas formas están cambiando el cuerpo, El cambio no está sucediendo en
la consciencia. La consciencia está más allá de todas las químicas.
Si ayunas lo suficiente, naturalmente la
química de tu cuerpo no puede seguir siendo la misma. Algunas cosas desaparecen
de la química de tu cuerpo y otras se acumulan demasiado. La combinación de
elementos químicos en tu cuerpo cambia.
Después de un mes de largo ayuno sentirás
cosas hermosas, pero esas cosas hermosas se producen por el cambio químico.
Cuando empieces a comer, desaparecerán. Si practicas determinadas posturas de
yoga ininterrumpidamente, durante años, haciendo presión en la estructura de tu
cuerpo en ciertos puntos, ciertos puntos importantes, trabajando los meridianos
de tu cuerpo y ciertas articulaciones; la química de tu cuerpo cambiará.
Respirar de determinada manera durante años cambiará la estructura de tu cuerpo,
porque el equilibrio del oxígeno y del dióxido de carbono cambiará con tu
respiración.
¿Te has dado cuenta de que cuando estás
enfadado respiras de un modo diferente? ¿Por qué? Ese modo diferente de respirar
libera algunos elementos químicos de tu cuerpo que te ayudan a estar enfadado.
Si no respiras de un modo diferente serás incapaz de enfadarte. lnténtalo:
respira de la forma budista y no podrás enfadarte, porque el modo budista no
deja que los elementos químicos de tu cuerpo que hacen falta para el enfado se
liberen.
¿Tienes miedo? Respiras de un modo
distinto. Hacen falta elementos químicos diferentes, porque un hombre que está
asustado necesita escapar rápido, tan rápido como pueda. Necesita volar, hacen
falta algunos elementos químicos para que pueda huir rápido. Cuando estás
inmerso en una pasión sexual la respiración cambia. Continúa respirando
normalmente y no serás capaz de alcanzar el orgasmo. Para que el orgasmo se desencadene
se necesita un determinado tipo de respiración.
Pero esos cambios son físicos; no van a
afectar a tu consciencia. Ésta es testigo de todos los cambios. Trata de entenderlo.
Tienes hambre, te sientes hambriento: el cuerpo
tiene hambre, la consciencia observa el hecho de que el cuerpo tiene hambre. La
consciencia nunca tiene hambre, no puede experimentar el hambre; no tiene
estómago. Sólo puede ser un testigo. La consciencia no es otra cosa que
observar. Recuerda esta fórmula: la consciencia es atestiguar. ¿Tienes hambre?
La consciencia refleja el hambre. Es como un espejo que dice: «El cuerpo tiene
hambre». Cuando has comido y tu cuerpo está satisfecho la consciencia dice: «El
cuerpo está satisfecho». La consciencia no tenía hambre ni tampoco está satisfecha.
En ambos casos estaba sólo atestiguando: hambre/satisfacción, pasión
sexual/satisfacción sexual, rabia/liberación de la rabia.
Tomar LSD o cualquier otra droga son
experiencias luminosas. La consciencia está simplemente esperando y observando.
Simplemente dice: «Mira, están ocurriendo cosas hermosas», pero no le están
sucediendo a la consciencia.
¡El crecimiento espiritual es el
crecimiento de este observar! No tiene nada que ver con experiencias
específicas. El crecimiento espiritual no es una búsqueda de experiencias insólitas.
La espiritualidad no tiene nada que ver con este tipo de experiencias. De hecho
decir que cualquier experiencia es "una experiencia espiritual" es
absolutamente equivocado, porque no todas las experiencias son espirituales. Quien
experimenta es el espíritu. El testigo es el único fenómeno espiritual. El
punto realmente espiritual es cuando no hay experiencias, y el que experimenta
se queda solo, completamente solo, cuando todas las experiencias han
desaparecido -el hambre, la saciedad, la liberación, el amor, el odio, el
despertar de la kundalini, los chacras que se abren, flores de
loto que se abren en ti, luces descendiendo sobre ti, escuchas una música
celestial, sientes una espaciosidad, sientes alegría, sientes dicha-. No hay un
objeto a experimentar, sino que ahí sólo se encuentra este testigo, observando
silenciosamente la nada. Entonces has llegado. Esto es samadhi. Atestiguar
la nada es samadhi. Esto es lo que el Buda llama nirvana, la
nada, el vacío.
Tu pregunta está llena de sentido. Y no
sólo se refiere a la experiencia psicodélica, sino a todo tipo de experiencias.
Las experiencias como tales no son espirituales. Cuando todas las
experiencias se han ido y no sientes nada en absoluto, y tampoco te has
quedado dormido... Durante el sueño también estas experiencias desaparecen.
Durante el sueño profundo, lo que Patanjali llama sushupti, en donde no
hay sueños, todas las experiencias desaparecen, y el que experimenta también
desaparece. Patanjali dice que sushupti y samadhi son similares y
a la vez muy diferentes, diametralmente opuestos. ¿Cuál es su similitud? Que en
ambos no hay experiencias. ¿Y cuál es la diferencia? En sushupti, en el
sueño profundo, el que experimenta tampoco está. En samadhi las
experiencias se han ido pero el que experimenta está sentado en silencio
observando la nada, atestiguando la nada. ¡Eso es iluminación! Las experiencias
pueden ser luminosas, hermosas, te pueden dar una gran alegría, pero aún no son
iluminación.
Ésta ocurre cuando está ahí la luz pero
cae sobre la nada. La luz llena la nada, no se ve ningún objeto en esa luz; eso
es liberación. Ser liberado de las experiencias es liberarse del mundo.
"El mundo" significa todo tipo de experiencias, lo que los chinos
llaman "las diez mil experiencias"; en eso consiste el mundo.
Dices: A pesar de no entender lo que
estaba sucediendo, he tenido experiencias de iluminación usando drogas alucinógenas.
Sé que el LSD es falso, pero ¿qué hay de verdad, si es que hay algo, en los
hongos?
La verdad es que te pueden dar viajes
hermosos, y también viajes desagradables. Te pueden ofrecer sueños dorados y
también pesadillas. Todo depende de ti.
La droga sólo desencadena un proceso. Sea
cual sea el sueño que esté listo a explotar en ti, explotará, por eso ha habido
informes de experiencias contradictorias.
Aldous Huxley cuenta que experimentó el
cielo, y Karl Rahner dice que estuvo en el infierno. Ahora bien, Rahner está en
contra de las drogas y Huxley totalmente a favor. Si estás a favor de las
drogas, tu mismo prejuicio te ayudará a crear experiencias hermosas. Estarás
esperando a que suceda algo bonito, tu creencia creará la magia. Si estás en
contra desde el principio, sospechando, dudando, asustado, y ya sabes que vas a
tener una experiencia infernal, la tendrás.
Un antiguo dicho sufí dice: el infierno
está reservado para aquellos que creen en él. Y el cielo está también
preservado para aquellos que creen en él. Pero todo es una invención. No hay
infierno, no hay cielo; tú creas tu infierno, tú creas tu cielo. Si estás de un
humor negativo y tomas LSD tendrás pesadillas. Si estás de un humor positivo,
fluyendo, amoroso, la droga te llevará al paraíso.
Los consumidores de drogas más antiguos
han estado en la India. La India sabe más de drogas que cualquier otro país.
Durante diez mil años por lo menos, el noventa y nueve por cien de los sannyasins
indios han estado tomando drogas, desde el Rig- Veda hasta hoy,
desde el soma hasta el LSD. La India sabe mucho. Ha creado tecnologías,
técnicas y metodologías sobre cómo tomar una droga. El viaje de una droga debe
ser muy dirigido; necesita un guía, que cree la atmósfra, la idea. Poco a poco
te va hipnotizando sobre lo que te está ocurriendo. Y bajo el efecto de las
drogas la persona se vuelve muy sugestionable, absolutamente sugestionable; se
pierde toda la razón. La facultad de soñar empieza a funcionar, la imaginación
se desata. Ahora la imaginación puede hacer ambas cosas: crear el infierno o el
cielo. Necesitas un guía. El guía poco a poco te conduce hacia el cielo, hacia
experiencias celestiales. Crea un hermoso sueño, un sueño poético a tu alrededor,
y tú estás en un estado sugestionable, eres simplemente una víctima.
Pero guiado o sin guiar, cualquier
experiencia con drogas o con el ayuno es falsa. Se trata de una experiencia
falsa.
El samadhi se da cuando el testigo
se ha quedado solo, observando la nada. Esa es la verdadera experiencia
espiritual, si quieres llamarla así, pero en realidad no es una experiencia,
porque en la experiencia necesitas tres cosas: el que experimenta, lo
experimentado y la experiencia. No quedan tres cosas en absoluto. Sólo hay un
solo testigo, atestiguando la nada total, shunya, la vaciedad. Esa es la
verdadera experiencia.
La verdadera experiencia es una "no
experiencia". Y sólo cuando alcanzas una no-experiencia, puedes creer que
estás viviendo algo iluminador. De otra forma las experiencias luminosas vienen
y van, destellos de la mente, productos del sueño.
¿Puede el LSD ser utilizado como una ayuda
en la meditación?
El LSD puede ser utilizado como una ayuda,
pero la ayuda es muy peligrosa. No es tan fácil. Si empleas un mantra,
incluso eso se convertirá en algo de lo que será difícil desembarazarse, pero
si empleadas ácido, LSD, será incluso más difícil desembarazarse de él.
En el instante en que estás viajando en
LSD, no posees el control. Tú química toma el control y tú no eres el amo, y
una vez no eres el amo es difícil recuperar esa posición. Si la química ahora
no es la esclava; tú eres el esclavo. Ahora no será tu elección el cómo
controlar. Una vez ingieres LSD como ayuda, estás haciendo del amo un esclavo y
toda la química corporal será afectada.
Tu cuerpo empezará a anhelar el LSD. Ahora
esta ansia no será sólo de la mente, como ocurre cuando te apegas a un mantra.
Cuando empleas el ácido como una ayuda, el ansia se convierte en parte del
cuerpo; el LSD penetra hasta las mismas células del cuerpo. Las cambia. Tú
estructura química interna se vuelve diferente. Entonces todas las células del
cuerpo empiezan a ansiar ácido y será difícil abandonarlo.
El LSD puede ser utilizado para llevarte
hasta la meditación solamente si tu cuerpo ha sido preparado para esto. De modo
que si tú preguntas si puede ser utilizado en Occidente, te diré que en
absoluto es para Occidente. Solamente puede ser utilizado en Oriente, si el
cuerpo ha sido totalmente preparado para eso. El Yoga lo ha usado, el Tantra lo
ha usado, existen escuelas de Tantra y de Yoga que han empleado el LSD como
ayuda, pero en ese caso preparan antes tu cuerpo. Hay un largo proceso de
purificación del cuerpo. Tu cuerpo se vuelve tan puro y tú te vuelves un
Maestro tan grande que incluso la química no puede convertirse entonces en tu
maestro. Así pues, el Yoga lo permite, pero de un modo muy específico.
Primero tu cuerpo ha de ser químicamente
purificado. Entonces poseerás tal control del cuerpo que incluso tu química
corporal podrá ser controlada. Por ejemplo, existen unos determinados ejercicio
yóguicos: si ingieres un veneno, mediante un determinado ejercicio yóguico
puedes ordenar a tu sangre que no se mezcle con él y el veneno pasará a través
del cuerpo y saldrá por la orina sin haberse mezclado para nada con la sangre.
Si tú puedes hacer esto, si puedes controlar tu química corporal, entonces
puedes emplear cualquier cosa porque te has vuelto el amo.
En el Tantra, particularmente en el Tantra
"de izquierdas", emplean el alcohol como ayuda para la meditación.
Parece absurdo; no lo es. El buscador ingiere alcohol en una determinada cantidad;
entonces intenta mantenerse alerta. No ha de perder la consciencia. Poco a poco
la cantidad de alcohol va siendo aumentada, pero la consciencia ha de
permanecer alerta. La persona ha ingerido alcohol; éste ha sido absorbido por
el cuerpo, pero la mente permanece por encima; no se pierde la consciencia.
Entonces la cantidad de alcohol va siendo aumentada más y más. Mediante esta
práctica llega un punto en el que se te puede suministrar cualquier cantidad de
alcohol y la mente sigue estando alerta. Solamente entonces puede el LSD ser de
ayuda.
En Occidente no existen prácticas para
purificar el cuerpo o para incrementar la consciencia mediante cambios en la
química corporal. El ácido es ingerido en Occidente sin ninguna preparación.
Esto no va a ser de ayuda. Más bien, al contrario, puede destruir toda la
mente.
Existen muchos problemas. Una vez estás en
un viaje de LSD, tienes un destello de algo que nunca has conocido, de algo que
nunca has sentido. Si empiezas a practicar, la meditación es un largo proceso,
pero el LSD no es un proceso. Lo ingieres y se acabó el proceso. Entonces el
cuerpo empieza a trabajar. La meditación es un largo proceso; has de
practicarla durante años, solamente entonces llegarán los resultados. Y cuando
tú has experimentado un atajo, te será difícil seguir un largo proceso. La
gente ansiará volver al uso de las drogas. Por esto es difícil meditar una vez
que has obtenido un destello mediante la química. El emprender un proceso que
será largo, será difícil. La meditación necesita más stamina, más
confianza, más espera, y será difícil porque ahora tú puedes comparar.
En segundo lugar, cualquier método es malo
si tú no puedes controlar todo el tiempo. Cuando estás meditando tú puedes
parar en cualquier momento. Si quieres dejarlo, puedes parar ahora mismo,
puedes salir de ello. Tú no puedes detener un viaje de LSD. Una vez has
ingerido el LSD has de completar el círculo. Entonces tú no eres el amo.
Todo lo que haga de ti un esclavo, en
último término, no te va a ayudar espiritualmente, porque la espiritualidad
significa básicamente ser el amo de uno mismo. De modo que no sugeriría atajos.
No estoy en contra del LSD, puede que a veces éste a su favor, pero entonces
será necesario un largo proceso preliminar. Entonces tú serás el amo. Pero
entonces el LSD no será un atajo. Será más largo incluso que la meditación. El Hatha
Yoga emplea años para preparar un cuerpo. Veinte años, veinticinco años,
entonces un cuerpo está preparado; ahora puedes emplear cualquier ayuda química
y no será destructiva para tu ser. Pero entonces el proceso es mucho más largo.
De esta manera sí puede emplearse el LSD;
entonces estoy a favor de su uso. Si estás preparado para invertir veinte años
en la preparación del cuerpo para poder ingerir LSD, entonces no es
destructivo. Pero lo mismo puede hacerse con dos años de meditación. Debido a
que el cuerpo es más burdo, llegar a ser su amo es más difícil. La mente es más
sutil, de modo que ser su amo es más fácil. El cuerpo está más lejos de tu ser,
de modo que hay una distancia mayor. Con la mente, la separación es menor.
En la India el método primitivo para
preparar el cuerpo para la meditación era el Hatha Yoga. Llevaba tanto
tiempo el preparar al cuerpo, que, a veces, el Hatha Yoga tenía que
inventar métodos para prolongar la vida de modo que el Hatha Yoga
pudiera ser continuado. Era un proceso tan largo que sesenta años podían no ser
suficientes, setenta años podían no ser suficientes. Y ahí surge un problema:
si en esta vida no se llega a ser el amo, entonces en la vida próxima tendrás
que empezar desde el abc porque entonces tendrás un nuevo cuerpo. Se habrá
desperdiciado todo ese esfuerzo. En tu próxima vida no tendrás una nueva mente,
la vieja mente continúa, por eso todo aquello que se haya alcanzado a través de
la mente seguirá contigo, pero todo lo que se haya alcanzado a través del
cuerpo se perderá con cada muerte. Así, el Hatha Yoga tuvo que inventar
métodos para prolongar la vida durante doscientos o trescientos años, a fin de
que uno pudiera llegar a ser el amo.
Si se llega a ser el amo de la mente,
entonces eres capaz de cambiar el cuerpo, pero la preparación del cuerpo
pertenece exclusivamente al cuerpo. El Hatha Yoga inventó muchos métodos
para que pudiera completarse el proceso, pero entonces se descubrieron métodos
incluso más efectivos: cómo controlar directamente la mente,—el Raja Yoga. Con
esos métodos el cuerpo puede ser de una cierta ayuda, pero no hay necesidad de
ocuparse demasiado de él. De modo que los adeptos del Hatha Yoga han
dicho que puede usarse el LSD, pero el Raja Yoga no puede decir que pueda
usarse el LSD, porque el Raja Yoga no posee ninguna metodología para preparar
al cuerpo. Emplea directamente la meditación.
A veces sucede—sólo a veces, en pocas
ocasiones—que si obtenemos un vislumbre a través del LSD y no te conviertes en
adicto suyo, puede que ese vislumbre desate una sed de buscar algo más. Así que
probarlo una vez, está bien, pero llega a ser difícil saber dónde detenerse y
cómo detenerse. El primer viaje está bien; viajar por una vez, está bien. Te
vuelves consciente de un mundo distinto y entonces empiezas a buscar, empiezas
tu búsqueda, debido a ello. Entonces es difícil parar. Este es el problema. Si
eres capaz de parar, entonces ingerir LSD, por una vez, es bueno. Pero ese
"si", es un si con mayúsculas.
Mulla Nasrudin solía decir que él nunca
tomaba más de un vaso de vino. Muchos amigos ponían objeciones a su afirmación
porque le habían visto tomar un vaso tras otro. El les dijo, "El segundo
vaso se toma debido al primero. "Yo" tomo sólo uno. El segundo se
debe al primero, y el tercero al segundo. Entonces yo no soy el amo. Solamente
soy el amo respecto al primero, de forma que, ¿cómo voy a decir que tomo más de
uno? "Yo" tomo solamente uno. ¡Siempre solo uno!"
Con el primero, tú eres el amo. Con el
segundo, no lo eres. El primero te llevará al segundo y entonces eso seguirá
sin parar; entonces deja de estar en tus manos. Empezar cualquier cosa es fácil
porque tú eres el amo pero acabar cualquier cosa es difícil porque entonces tú
no eres el amo. Así que no estoy en contra del LSD, y si lo estuviera, es con
una condición. Esta es la condición: si puedes seguir siendo el amo, entonces
está bien. Usa cualquier cosa, pero permanece siendo el amo. Y si no puedes
seguir siendo el amo, entonces no te metas nunca en un camino peligroso. Nunca
entres en él; será lo mejor.
BONUS TRACK IV
-->
¿Camello, león o niño?
Tú decides!
Un hombre sabio, la maravilla de su tiempo,
compartía con
sus discípulos lo que parecía un
inagotable almacén de sabiduría.
Él
atribuía todo su conocimiento a un grueso tomo que disfrutaba
de un lugar de honor en su habitación.
El sabio no permitía que nadie abriera el
volumen.
Cuando murió, aquellos que habían estado a
su lado,
considerándose a sí mismos como sus
herederos, corrieron a
abrir el libro, ansiosos de poseer su
contenido.
Se quedaron sorprendidos, confundidos y
disgustados
cuando vieron que estaba escrito sólo en
una página.
Se quedaron incluso más desconcertados y
luego irritados
cuando trataron de descifrar el significado
de la frase que
encontraron sus ojos.
Decía: «Cuando te des cuenta de la
diferencia que hay entre
el continente y el contenido, obtendrás el
conocimiento».
El hombre no nace perfecto. Nace
incompleto. Desde su nacimiento es un proceso. Nace en el camino, como un peregrino.
Esa es su agonía y también su éxtasis; agonía porque no puede descansar, tiene
que seguir hacia adelante, siempre. Tiene que buscar, indagar, explorar; tiene
que llegar a ser, porque su ser aparece sólo a través del llegar a ser. Llegar
a ser es su ser. Sólo puede ser si se está moviendo.
La evolución es intrínseca a la naturaleza
humana, la evolución es su verdadero ser. Y aquellos que no hacen caso de esto
no llegan a realizarse; los que piensan que han nacido completos no evolucionan.
Entonces la semilla se queda en semilla, nunca se convierte en un árbol, nunca
llega a conocer las alegrías de la primavera, la luz brillante del sol, la
lluvia ni el éxtasis de explotar en millones de flores.
Esa explosión es la realización, es todo
lo que es Dios: una explosión de millones de flores. El hombre acaba de
realizarse sólo cuando el potencial se ha actualizado. El hombre nace como un
potencial; eso es algo único, intrínseco al hombre. Todos los demás animales
nacen completos, nacen como van a morir. Entre su nacimiento y su muerte no hay
evolución: se mueven en el mismo plano, nunca se transforman. Nunca sucede un
cambio radical en sus vidas. Se mueven horizontalmente, lo vertical nunca los
traspasa.
Si el hombre también se mueve horizontalmente
desperdiciará su condición humana, no se convertirá en espíritu. Eso es lo que
Gurdjieff quería decir cuando decía que no todo el mundo tiene alma. Es muy
raro que una persona tenga alma. Ahora bien, ésta es una afirmación muy extraña,
porque durante siglos te han estado diciendo que has nacido con un alma.
Gurdjieff dice que sólo naces con el potencial de llegar a tener alma, no que
ya nazcas con ella. Tienes una pista, pero esa pista hay que trabajarla. Tienes
la semilla, pero tienes que buscar la tierra, la estación, el clima apropiado y
el momento adecuado para explotar, para crecer.
Si te mueves horizontalmente, te quedarás
sin alma. Cuando lo vertical te penetra, adquieres un alma. "Alma"
significa que lo vertical ha penetrado lo horizontal. O, como un ejemplo,
puedes pensar en el gusano, el capullo y la mariposa.
El hombre nace como una larva.
Desafortunadamente, el hombre también muere como una larva, muy pocos se
transforman en gusanos. La larva es estática: no conoce el movimiento, se queda
atascada en un punto, en un lugar, en una etapa. Muy poca gente crece hasta
convertirse en gusano. El gusano comienza a moverse; entra el dinamismo. La
larva es estática, el gusano se mueve. Con el movimiento se despierta la vida.
Nuevamente muchos se quedan en gusanos: siguen moviéndose horizontalmente, en
el mismo plano, en una sola dimensión. Raramente dan el salto cuántico y se
convierten en mariposas, en un hombre como el Buda, Jalaludin Rumi, Jesús, o
Kabir. Entonces interviene lo vertical. La larva es estática; el gusano se
mueve, conoce el movimiento; la mariposa vuela, conoce las alturas, comienza a
ascender. A la mariposa le crecen alas; esas alas son la meta. A menos que te
crezcan alas y te conviertas en un fenómeno alado, no tendrás un alma.
La verdad se realiza a través de tres
etapas: asimilación, independencia y creatividad. Recuerda estas tres palabras,
son esenciales. Asimilación: esa es la función de la larva.
Asimila el alimento, se está preparando
para convertirse en un gusano. Está haciendo los preparativos, es un depósito.
Cuando la energía está lista se convertirá en un gusano. Antes del movimiento,
necesitarás una gran energía para moverte. El gusano es la asimilación, el
trabajo hecho, consumado.
Luego comienza la segunda parte:
independencia. La larva es abandonada. Ahora ya no hace falta quedarse en un
sitio. Ha llegado el momento de explorar, de la aventura. La vida real comienza
con el movimiento, con la independencia. La larva sigue siendo dependiente,
prisionera, encadenada. El gusano ha roto las cadenas, empieza a moverse. El
hielo se ha fundido, ya no está congelado. La larva es una etapa estática. El
gusano es movimiento, como un río.
Y luego llega la tercera etapa, la de la
creatividad. La independencia solamente ha dejado de ser significativa. Sólo
con ser independiente no sentirás satisfacción. Está bien salir de la prisión,
pero ¿para qué? ¿Independencia para qué? ¿Libertad de qué?
Recuerda, la libertad tiene dos aspectos:
primero, libertad de, y segundo, libertad para. Mucha gente
alcanza sólo el primer tipo de libertad, libertad de: libre de los padres,
libre de la Iglesia, libre de la organización, libre de esto y aquello, libre
de todas las prisiones. Pero ¿para qué? Ésta es una libertad muy negativa. Si
sólo conoces la libertad de, no has conocido la libertad real, sólo el aspecto
negativo. El aspecto positivo tiene que ser conocido: libertad para crear, para
ser, para expresarse, para cantar tu canción, para bailar tu baile: Éste es el
tercer estadio: creatividad.
Entonces el gusano se convierte en un
fenómeno alado, un catador de miel, busca, descubre, explora, crea. Por eso, la
belleza de la mariposa. La gente creativa es la única gente hermosa porque sólo
la gente creativa conoce el esplendor de la vida: tienen ojos para ver, oídos
para oír y un corazón para sentir. Están totalmente vivos, viven al máximo.
Queman su antorcha por ambos lados. Su vida es intensidad, totalidad.
Podemos utilizar las metáforas empleadas
por Friedrich Nietzsche. Él dice que la vida del hombre puede dividirse en tres
metamorfosis del espíritu sucesivas. A la primera le llama "el
camello", a la segunda le llama "el león" y a la tercera
"el niño". Son metáforas muy preñadas..., el camello, el león, el
niño.
Cada ser humano tiene que hacer uso y
asimilar la herencia cultural de su sociedad; su cultura, su religión, su
gente. Tiene que asimilar todo lo que el pasado pone a su disposición. Tiene
que asimilar el pasado; esto es lo que Nietzsche llama la etapa del camello. El
camello tiene el poder de almacenar en su cuerpo enormes cantidades de
alimentos y agua para su arduo viaje a través del desierto. Y la situación es
la misma con el ser humano; tienes que atravesar el desierto, tienes que
asimilar todo el pasado. Y recuerda, no bastará sólo con memorizarlo..., hay
que asimilarlo. Y también recuerda: si una persona se limita a memorizar el
pasado es porque no puede asimilarlo. Si puedes asimilar el pasado te liberas
de él. Puedes utilizarlo, pero no te puede utilizar. Puedes poseerlo, pero no
te puede poseer.
Cuando has asimilado el alimento no
necesitas recordarlo. No existe separado de ti: se ha convertido en tu sangre,
tus huesos, tu médula; se ha convertido en ti.
El pasado tiene que ser digerido. No hay
nada malo en el pasado. Es tu pasado. No necesitas empezar desde el ABC,
porque si cada individuo tuviera que empezar desde el ABC no habría mucha
evolución. Por esta razón los animales no han evolucionado. El perro es igual
que el que había hace millones de años. El hombre es el único animal evolutivo.
¿Cuál es la causa de esta evolución? La evolución se produce porque el hombre
es el único animal que puede asimilar su pasado. Una vez que asimilas el pasado
te liberas de él. Puedes moverte libremente y usar tu pasado. Sino tendrás que
pasar a través de muchas experiencias; tu vida será desperdiciada.
Puedes subirte a la espalda de tus padres,
a la de tus antepasados y a la de sus respectivos padres y antepasados. El
hombre está siempre subido a la espalda de otro hombre, por eso alcanza esa
altura. Los perros no pueden hacerlo, los lobos tampoco; dependen de sí mismos.
Su estatura es su propia estatura. En tu estatura el Buda, Cristo, Patanjali,
Moisés y Lao Tzu están asimilados. Cuanto más grande es la asimilación mayor es
tu estatura. Puedes mirar desde la cima de una montaña, tu visión es grande.
Asimila más. No hace falta que te limites
a tu gente. Asimila todo el pasado de las gentes de la tierra; sé un ciudadano
del planeta tierra. No hace falta que te limites al cristiano, al hindú, al
mahometano. iAsimílalos a todos! El Corán es tuyo, la Biblia es tuya, igual que
el Talmud, igual que los Vedas y el Tao Te King; todos son tuyos. Asimílalos,
de esta forma la cima desde la que mirarás a lo lejos será más alta, y serán
tuyas tierras y visiones distantes.
Nietzsche llama a esto la etapa del
camello, pero no te quedes ahí atascado. Hay que moverse. El camello es la
larva, el acumulador. Pero si te quedas atascado en esta etapa y permaneces
para siempre como el camello, no conocerás las bellezas y las bendiciones de la
vida. Nunca conocerás a Dios. Te quedarás anclado en el pasado. El camello
puede asimilar el pasado pero no puede usarlo.
En el transcurso de su desarrollo personal
llega un momento en que el camello se tiene que transformar en un león, para
romper en pedazos el enorme monstruo conocido como: "No debes...". El
león en el hombre ruge en contra de la autoridad.
El león es la reacción, la rebelión en
contra del camello. El individuo ahora descubre su propia luz interna como la
fuente primordial de todos sus valores auténticos. Se hace consciente de que su
obligación principal es para con su propia creatividad interna, con su
potencial más escondido. Algunos se quedan atascados en la etapa del león:
siguen rugiendo y rugiendo hasta que acaban exhaustos.
Es bueno convertirse en un león, pero uno
todavía tiene que dar un salto más, y éste consiste en convertirse en el niño.
Ahora bien, todos vosotros habéis sido
niños. Pero aquellos que saben, dicen que la primera infancia es una falsa
infancia. Es como el primer diente: tiene aspecto de diente pero no sirve para
nada, se tiene que caer. Después nacen los dientes reales. La primera infancia
es una infancia falsa, la segunda infancia es la verdadera. A ésta se la llama
"la etapa del niño" o "la etapa del sabio"; significan lo
mismo. A menos que la persona se vuelva totalmente inocente, libre del pasado,
tan libre que no esté ni en su contra... Recuérdalo, la persona que todavía
está en contra del pasado no está realmente libre de él. Todavía tiene
algunos rencores, algunas quejas, algunas heridas. El camello todavía le
persigue, la sombra del camello todavía le ronda. El león está ahí pero todavía
tiene miedo del camello, aún teme que vuelva.
Cuando el miedo del camello ha desaparecido
por completo, el rugido del león se detiene. Entonces nace la canción del niño.
Me gustaría que entraras en estas tres
etapas, de un modo profundo y penetrante, porque tienen un valor inmenso.
La etapa del camello, la asimilación,
equivale al niño en el vientre que no hace otra cosa que asimilar, come de la
madre, no deja de crecer, está preparándose para el último salto, para entrar
en el mundo. Ahora mismo el niño no tiene otro trabajo: durante nueve meses en
el vientre de la madre come y duerme, duerme y come. Continúa comiendo y
durmiendo; éstas son sus únicas dos funciones. Incluso después de nacer, el
niño estará haciendo lo mismo durante meses: comer y dormir. Poco a poco,
dormirá menos e irá comiendo menos. Está listo, está listo para convertirse en
un individuo, y cuando esto ocurre aparece la desobediencia. El niño empieza a
decir que no, el decir sí va desapareciendo poco a poco. Muere la obediencia,
nace la desobediencia.
El estado del camello es el de la
asimilación. El camello no sabe cómo decir no, no está familiarizado con el no.
No ha escuchado la palabra y no ha disfrutado de las alegrías de decir no. Él
sólo conoce el sí. Su sí no puede ser muy profundo, porque sin conocer el no tu
sí no puede ser muy profundo; no puede dejar de ser superficial. El hombre que
no ha conocido el no, ¿cómo puede conocer realmente el sí? Su sí será impotente.
El sí del camello es impotente, porque no sabe lo que está sucediendo; sigue
diciendo sí porque es la única canción que le han enseñado. Obediencia, creencia;
éstas son las características de la etapa llamada "camello". Adán
estaba en este estado antes de comer el fruto del Árbol del Conocimiento, y
todo ser humano pasa a través de este estado.
Es un estado anterior a la mente y al ser.
Todavía no hay una mente. Ésta está creciendo pero no es un fenómeno completo;
es muy vago, ambiguo, oscuro, nebuloso. El ser está en camino pero sólo en
camino; no tiene una definición clara. El niño todavía no se reconoce a sí
mismo como separado. Adán antes de comer del fruto era parte de Dios. Estaba en
el vientre, era obediente, decía sí, pero no era independiente. La
independencia entra sólo por la puerta del no; por la puerta del sí sólo entra
la dependencia. Por eso en la etapa del camello hay dependencia, impotencia. El
otro es más importante que tu propio ser: Dios es más importante, y también el
padre, la madre, la sociedad, el sacerdote, el político. Excepto tú, todo el
mundo es importante; el otro es importante, tú todavía no estás ahí. Es
un estado muy inconsciente. La mayoría de la gente se queda enganchada ahí;
siguen siendo camellos. Casi el noventa y nueve por ciento de la gente siguen
siendo camellos.
Es una situación muy triste que el noventa
y nueve por ciento de los seres humanos se queden en larvas. Por eso hay tanta
desgracia y no hay alegría. Y puedes seguir buscando la alegría pero no la
encontrarás, porque la alegría no es algo que se dé ahí fuera. A menos que tú
te conviertas en un niño -cuando se llega al tercer estado-, a menos que te
transformes en una mariposa, serás incapaz de conocer la alegría. Ésta no es
algo que se da fuera, es una visión que crece dentro de ti. Es sólo posible en
la tercera etapa.
La primera etapa es la de la desgracia y
la tercera es la de la dicha, y entre las dos está el estado del león, que
algunas veces es desgraciado y otras agradable, algunas veces doloroso y otras
placentero.
En la etapa del camello sois loros. Sois
sólo memorias y nada más. Toda vuestra vida consiste en creencias que os han
dado otros. Ahí encontrarás a los cristianos, los musulmanes, los hindúes, los
jainistas y los budistas. Ve a las iglesias, a los templos, a las mezquitas y
encontrarás grandes reuniones de camellos. No hallarás ni a un solo ser humano.
Están repitiendo, como loros.
He oído una historia:
Cuenta la historia que un caballero
medieval asistía a un curso para matar dragones en la escuela local. Varios
caballeros más jóvenes acudían a esta clase especial impartida por el mago
Merlín.
Nuestro antihéroe fue a ver a Merlín el
primer día para hacerle saber que probablemente no le irían bien las cosas en
el curso porque era un cobarde y estaba seguro de que siempre estaría demasiado
asustado y sería demasiado inepto como para ser capaz de matar a un dragón.
Merlín dijo que no hacía falta que se preocupara porque había una espada mágica
para matar dragones y que él se la daría a este joven y cobarde caballero. El
caballero estaba deleitado por tener este apoyo mágico oficial con el que
cualquier caballero, no importaba lo poco que se lo mereciera, podría matar un
dragón. Desde la primera salida a los campos, con su espada mágica en la mano,
el cobarde caballero mató un dragón tras otro, liberando a una doncella tras
otra.
Un día, hacia el final del curso. Merlín
propuso una adivinanza en la clase a la que estaba asistiendo el caballero. Los
estudiantes tenían que salir al campo y matar un dragón ese mismo día. En la
conmoción de la excitación, mientras todos los demás caballeros corrían para
probar su temple, nuestro antihéroe agarró del armero la espada equivocada.
Pronto se encontró a sí mismo en la boca de la cueva de la que tenía que
liberar a una doncella cautiva. Su captor salió corriendo hacia fuera
respirando fuego. Sin saber que había agarrado la espada equivocada, el joven
caballero retrocedió preparándose para acabar con la embestida del dragón.
Cuando estaba a punto de golpear se dio cuenta de que había cogido la espada
equivocada. Ésta no era la espada mágica, tan sólo era una espada corriente
pero adecuada para buenos caballeros.
Era demasiado tarde para parar. Bajó la
espada corriente con un certero barrido de su brazo, y para su sorpresa se desprendió
la cabeza del dragón.
Volvió a la clase, con la cabeza del
dragón atada a su cinturón, con la espada en la mano y la doncella a remolque,
y corrió hacia Merlín para contarle su error y su inexplicable recuperación.
Cuando escuchó la historia del joven
caballero, Merlín se hecho a reír. Su respuesta al joven caballero fue: «Pensé
que ya te lo habrías imaginado, ninguna de las espadas son mágicas y nunca
antes lo han sido. La única magia consiste en creer».
El camello vive en la magia de la
creencia. Funciona. Puede hacer milagros. Pero el camello sigue siendo el
camello; le falta crecer.
La gente que reza en los templos y en las
iglesias está bajo la influencia de la creencia. No saben qué es Dios, nunca
han sentido nada parecido; sólo creen. La magia de su creencia sigue haciendo
algunas cosas, pero eso es todo un pretexto, una especie de mundo onírico. No
han despertado de la inconsciencia, del sueño. Y recuerda, no estoy diciendo
que esta etapa no sea necesaria; es necesaria, pero una vez que la has
completado tienes que salir. No estás aquí para ser siempre un camello.
Y no te enfades con tus padres, con tus profesores,
con los sacerdotes, con la sociedad, porque tienen que crear una especie
de obediencia en ti, porque sólo gracias a la obediencia serás capaz de
asimilar. El padre tiene que enseñar, la madre tiene que enseñar y el niño
simplemente tiene que absorber. Si aparece la duda prematuramente, la
asimilación se detendrá.
Sólo piensa en un niño en el vientre de su
madre que empiece a dudar, morirá; si empieza a dudar si toma o no el alimento
de esta mujer, si este alimento es o no es verdaderamente nutritivo -«¿Quién
sabe?, puede que sea venenoso»-, si dormir veinticuatro horas o no, porque es
demasiado estar durmiendo veinticuatro horas, durante nueve meses. Si un niño
comienza a dudar un poco, en la duda morirá. Y todavía, llega un día en que hay
que aprender a dudar, hay que beber de la duda. Cada cosa tiene su propia
estación.
Escucha este hermoso poema de Carl
Sandburg.
¿Qué deberá decirle a su hijo?
Un padre ve a su hijo acercándose a su
hombría.
¿Qué deberá decirle?
“La vida es dura; sé de acero, sé una
roca”.
Y eso puede que le sirva para las
tormentas,
y para el aburrimiento y la monotonía,
para guiarle en medio de las traiciones
repentinas,
y atarlo en los momentos flojos.
«La vida es un barro suave; sé suave, no
te compliques.»
Y esto también podría servirle.
Brutos han sido suavizados donde fallaron
los latigazos.
El crecimiento de una frágil flor en una
subida
ha quebrado y partido, algunas veces, una roca.
Un pensamiento contará. Del mismo modo el
deseo.
Igual que un rico y suave desear.
Sin un rico desear nada llega.
Dile que demasiado dinero ha matado a
hombres
y los ha dejado muertos años antes de su
entierro;
y cuestiona que el lucro, más allá de unas
sencillas
necesidades, ha convertido a hombres
suficientemente buenos
a veces en perversos gusanos secos.
Dile que el tiempo puede gastarse como
cualquier cosa.
Dile que se haga el tonto de vez en
cuando,
y que no se avergüence por haberse hecho
el tonto
y aprenda algo de cada tontería,
esperando no repetir ninguna de las
tonterías baratas
sino llegando a una comprensión íntima
del número de tontos que hay en el mundo.
Dile que esté solo a menudo y que esté con
él mismo.
Y por encima de todo, dile que no se
mienta a sí mismo,
sean cuales sean las mentiras blancas y
los frentes protectores
que podría usar con otra gente.
Dile que la soledad es creativa si él es
fuerte
y que las decisiones finales se toman en
habitaciones
silenciosas.
Dile que sea diferente de otra gente
si el ser diferente le surge natural y
fácilmente.
Déjale que tenga días perezosos buscando
sus motivos más
profundos.
Déjale que busque profundo en dónde ha
nacido naturalmente.
Entonces quizás entienda a Shakespeare
Y a los Wright Brothers, Pasteur, Pavlov,
Michael Faraday y a las mentes libres,
trayendo cambios a un mundo que no le
gustan los cambios.
Estará lo suficientemente solo
para tener tiempo para el trabajo
que conoce como suyo.
Cada padre se encuentra con este problema:
¿qué le digo a mi hijo? Cada madre se enfrenta con este problema: ¿qué le
enseño a mi hija? A todos los profesores les preocupa: ¿qué se le debe enseñar
a la nueva generación? El pasado tiene muchos, muchos momentos de gloria,
muchas cimas de comprensión, muchas conclusiones que hay que impartir al niño.
En la primera etapa todo el mundo tiene
que ser un camello, decir sí, creer todo lo que le es dado, asimilar, digerir,
pero esto es sólo al principio del camino, no al final.
La segunda etapa es complicada. La primera
te la da la sociedad; por eso hay millones de camellos y muy pocos leones. La
sociedad te deja sólo cuando te has convertido en un camello perfecto. Más allá
de esto, la sociedad no puede hacer nada. Ahí es donde termina el trabajo de la
sociedad, de la escuela, el colegio, la universidad. Te deja convertido en un
camello perfecto con título.
Tú sólo te tienes que convertir en un
león, recuérdalo. Si no decides volverte un león, nunca te convertirás en un
león. Ese riesgo hay que tomarlo individualmente. Es una apuesta. Además es muy
peligroso, porque volviéndote un león molestarás a todos los camellos que tienes
a tu alrededor, y los camellos son animales a los que les gusta la paz; están
siempre listos para transigir. No quieren que les molesten, no quieren que
suceda nada nuevo en el mundo, porque todo lo nuevo molesta. Están en contra de
los revolucionarios, de los rebeldes, y no en contra de grandes cosas, no te
creas no de Sócrates y de Cristo; ellos provocaron grandes revoluciones-, los
camellos están asustados de cosas tan pequeñas que no te lo vas a creer.
He oído...
En diciembre de 1842, Adam Thompson, de
Cincinnati, llenó la primera bañera en Estados Unidos. Las noticias acerca de
la bañera de Thompson se propagaron rápidamente. Los periódicos dijeron que
esta novedosa idea arruinaría la democrática simplicidad de la república...
Bueno, piensa en ello..., una bañera
arruinando la integridad de la república democrática.
...los médicos predijeron reumatismo,
inflamación de los pulmones, etc. Los sabios estuvieron de acuerdo en que bañarse
en invierno produciría un declive de la robusta población. Filadelfia, la cuna
de la libertad, trató de promulgar la prohibición de bañarse desde el primero
de noviembre hasta el primero de marzo: Boston en 1845 ilegalizó el baño excepto
por consejo médico; Hartford, Providencia, Wilmington y otras ciudades trataron
de bloquear el hábito de bañarse poniendo unos precios muy elevados al agua. El
estado de Virginia dio una buena bofetada al baño imponiendo un impuesto de 30
dólares al año para cada bañera introducida en el estado. Pero en 1922 ya se
estaban manufacturando 889.000 bañeras al año. Pensar que en las vidas de gente
que vive hoy todavía el hombre no sabía que el baño era bueno para él, coloca
al hombre en una categoría de absoluta desconfianza respecto a su capacidad de juicio
sobre cualquier materia.
Los camellos están sencillamente en contra
de todo lo nuevo, no importa lo que sea. Podría tratarse sólo de una
bañera, pero ellos racionalizarán su antagonismo.
En una parte de la antigua Grecia fue
costumbre durante mucho tiempo que cuando un hombre proponía una nueva ley a la
asamblea popular, lo hacía sobre una plataforma con una soga alrededor del
cuello. Si la ley era aprobada le quitaban la soga, si fracasaba le quitaban la
plataforma.
Los leones no son bien recibidos. La
sociedad pone a los leones todo tipo de dificultades. Los camellos tienen miedo
de esta gente. Entorpecen su comodidad, alteran su sueño, les crean
preocupaciones. Provocan en los camellos el deseo de convertirse en leones; Ese
es el auténtico problema.
¿Por qué fue crucificado Jesús? Su sola
presencia... y muchos camellos empiezan a soñar en convertirse en leones y eso
molesta su sueño, molesta su vida ordinaria, mundana.
¿Por qué fue apedreado el Buda? ¿Por qué
no se le permitía entrar en las ciudades a Mahavira? ¿Por qué fue decapitado
Mansur? Estas personas molestan; molestan su sueño, están rugiendo. El Buda
llamó a sus sermones: «El rugido del León».
El primero, el estado del camello, te lo
da la sociedad. El segundo tiene que ser alcanzado por el individuo.
Alcanzándolo te conviertes en un individuo, te vuelves único. Dejas de ser un
conformista, dejas de formar parte de la tradición. Abandonas el capullo: te
conviertes en un gusano, empiezas a moverte.
El estado del león tiene estas características:
independencia, capacidad de decir no, desobediencia, rebelión en contra del
otro, de la autoridad, del dogma, de las escrituras, de la Iglesia, del poder
político, del Estado. ¡El león está en contra de todo! Quiere sacudirlo todo y
crear un mundo completamente nuevo, más cercano a los deseos de su corazón.
Tiene grandes sueños y utopías en su mente. Mira enloquecido a todos los
camellos, porque éstos viven en el pasado y el león empieza viviendo en el
futuro. Se produce una gran brecha. El león anuncia el futuro, y éste sólo
puede llegar si el pasado es destruido. Lo nuevo únicamente puede hacer su
aparición en la existencia si lo viejo deja de existir y deja espacio para lo
nuevo. Lo viejo tiene que morir para que lo nuevo sea. Por eso existe una
continua lucha entre el león y el camello, y los camellos son la mayoría. El
león aparece de vez en cuando, el león es una excepción, y la excepción sólo
demuestra la regla.
Su característica es la falta de
creencias, su característica es la duda. Adán prueba el fruto del conocimiento:
nace la mente, el ser se convierte en un fenómeno definido. El camello no es
egoísta, el león es muy egoísta. El camello no sabe nada del ego, el león sólo
conoce el ego. Por eso siempre encontrarás que los revolucionarios, los
rebeldes -poetas, pintores, músicos- son todos muy egoístas. Son bohemios.
Viven su vida, hacen lo suyo. Los demás les importan un pimiento. ¡Deja
que se vayan al infierno! Han dejado de formar parte de cualquier estructura,
se han liberado de las estructuras. El movimiento, el rugido del león, será
egoísta. Necesitan un ego muy grande para meterse ahí.
En Oriente encontrarás más camellos, en
Occidente encontrarás más leones. Por eso parece más fácil rendirse en Oriente.
Para la mente occidental rendirse parece muy difícil. Pero hay que recordar una
cosa: a la mente oriental le resulta muy fácil rendirse; por eso su rendición
carece de mucho valor. Él ya se ha rendido. No sabe cómo decir no, por eso dice
sí. Para una mente occidental es muy difícil rendirse. Para la mente
occidental rendirse es una lucha, pero cuando finalmente lo hace se produce una
gran transformación, porque la rendición ha sido dura, costosa, una tarea
penosa. En Oriente la rendición es barata, en Occidente es muy costosa. Sólo algunos
valientes se lo pueden permitir.
Oriente se rinde porque ya no hay
posibilidades de convertirse en un león. Es muy fácil rendirse, es cómodo
formar parte de la muchedumbre, de las masas. Occidente ha creado el ego. Ha
prestado más atención al león -la duda, la incredulidad, el ego-, pero cuando
la mente occidental se rinde, hay realmente una gran transformación.
Cuando la mente oriental se rinde,
continúa siendo un camello. Si la mente occidental se rinde, se abre una
posibilidad. para que nazca "el niño". Cuando el león se rinde se
convierte en el niño; cuando el camello se rinde sigue siendo un camello.
Por eso podría parecerte paradójico, pero
si comprendes lo que te estoy diciendo no será tan difícil, y la paradoja
dejará de parecértelo. Primero hay que enseñarle el ego a cada individuo, sólo
así será capaz de abandonarlo. Todo individuo tiene que llegar a tener un ego
muy cristalizado; sólo entonces sirve de algo abandonarlo, y no de otra forma.
EL primer estado, el del camello, es
inconsciente. El segundo estado, el del león, es subconsciente; un poco más
alto que el inconsciente. Unos pequeños vislumbres del consciente han empezado
a entrar. El sol está saliendo y están entrando algunos rayos en la habitación
donde estás durmiendo a oscuras. El inconsciente ya no es
inconsciente. Algo se agita en el inconsciente; se ha convertido en
subconsciente. Pero recuerda, el cambio no es muy grande –de camello a
león-, como lo es ir del león al niño. El cambio es una especie de
regresión. El camello empieza poniéndose cabeza abajo convirtiéndose en
un león. El camello dice sí, el león dice no. El camello obedece,
el león desobedece. El camello es positivo, el león es negativo. Hay que
comprender que el camello ha estado diciendo sí muchísimas veces y ha estado
negando el no; el no se acumula, y llega un momento en que quiere tomarse la
revancha sobre el sí. Las partes negadas se quieren tomar la revancha. Entonces
toda la rueda gira: el camello se pone boca bajo y se transforma en león.
La diferencia entre el camello y el león
es grande, pero ambos existen en el mismo plano. El capullo está estático en un
lugar; el gusano comienza a moverse, pero sigue en la tierra. Nace el
movimiento pero el plano es el mismo. Lo primero es dado por la sociedad: ser
un camello es un regalo de la sociedad. Ser un león es un regalo que te haces a
ti mismo. A menos que te ames no serás capaz de conseguirlo. A menos que te
quieras convertir en un individuo, único por derecho propio, a menos que tomes
el riesgo de ir en contra de la corriente, no serás capaz de convertirte en un
león.
Pero si entiendes el mecanismo..., el león
se engendra en el mismo corazón del camello. Una y otra vez, diciendo sí y
negando el no, el no se va acumulando. Y llega un día en que uno se harta de decir
sí; sólo por cambiar, uno quiere decir no. Uno está harto de lo positivo, su
sabor se ha vuelto monótono; uno quiere probar el no sólo por cambiar.
Así es como el camello, por primera vez,
comienza a soñar con el león. Y una vez que has probado el no -la duda, la incredulidad-,
no puedes volver a ser nunca un camello, por la libertad que te da, por la
liberación.
La mayoría se queda atascada en la etapa
del camello, la minoría se queda atascada en la etapa del león. La mayoría
significa las masas, la minoría la intelectualidad. El artista, el poeta, el
pintor, el músico, el pensador, el filósofo, el revolucionario están atascados
en el segundo estadio. Son mucho mejores que los camellos, pero el objetivo no
se ha cubierto. No han llegado a casa. La tercera etapa es "el niño".
Escucha atentamente: la primera etapa te
la otorga la sociedad; la segunda, el individuo se la otorga a sí mismo. La
tercera es sólo posible si el gusano se acerca a una mariposa; si no, no es
posible ¿Cómo se le va a ocurrir al gusano que él sólo puede volar, que puede
convertirse en algo con alas? ¡No es posible! ¡Es imposible que se le ocurra!
Es absurdo, ilógico. El gusano sabe cómo moverse, pero volar le resulta
absurdo.
He escuchado que hay mariposas que enseñan
a los gusanos que pueden volar, pero que ellos les ponen pegas y dicen: «No.
Quizás sea posible para ti, pero a nosotros nos es imposible. Tú eres una
mariposa, ¡nosotros sólo somos gusanos! Sólo sabemos reptar». Y uno que sólo
sabe reptar, ¿cómo va a imaginarse volando? Es una dimensión diferente, una
dimensión enteramente distinta: la dimensión vertical.
Del camello al león hay una evolución. Del
león al niño hay una revolución. En esta etapa hace falta un maestro. La sociedad
te puede hacer un camello, tú mismo te puedes hacer un león, pero te hará falta
un maestro -un Buda, un Cristo, un Rumi-, te hará falta una mariposa que tenga
alas. Sólo viendo un fenómeno alado serás capaz de empezar a soñar con alas.
¿Cómo puedes soñar con algo que no conoces en absoluto?
¿Crees que una tribu primitiva que vive en
algún lugar de los Himalayas puede soñar con un coche? No han visto ninguno, no
pueden soñar con él. Sólo es posible soñar cuando has visto algo; cuando has
visto un Cristo o un Buda o un Bodhidharma, y sabes que esto sucede. Toda esa
gente tiene un aspecto similar a ti, y a pesar de eso no son como tú. Tienen el
mismo cuerpo, la misma estructura, y a la vez algo de lo desconocido ha
penetrado su ser. El más allá ha venido a ellos, el más allá en ellos se hace
muy tangible. Si te acercas con simpatía y con amor serás capaz de tener algunos
vislumbres de su cielo interior. Y una vez que hayas visto ese cielo interno
comenzarás a soñar con él. Un gran anhelo surgirá en ti: ¿cómo convertirte en
un fenómeno alado?
Esa es la infección que produce el maestro
en el discípulo.
El tercer fenómeno sucede con la
intervención del maestro. "El niño" significa creatividad,
interdependencia.
La primera etapa, el camello, era
dependencia; la segunda fue la independencia; pero en la inocencia uno llega a
conocer que no hay allí ni dependencia ni independencia. La existencia es
interdependencia; todos dependen de todos. Todo es uno.
Nace la sensación del todo: no yo, no él,
no hay fijación en el sí o el no, no hay obsesión entre decir siempre sí o
decir siempre no; hay más fluidez, más espontaneidad; no hay obediencia ni
desobediencia, sino espontaneidad. Nace la responsabilidad. Uno responde a la
existencia, no reacciona desde el pasado, y no reacciona desde el futuro.
El camello vive en el pasado, el león en
el futuro, el niño en el presente, aquí y ahora. El camello es la pre-mente, el
león es la mente, el niño es la post-mente. El camello es el pre-ser, el león
es el ser, el niño es el post-ser. Ese es el significado del estado de no mente.
Los sufíes lo llaman fana: el ego se ha ido, el otro también. Ambos se
han unido, no puedes tener uno sin el otro. Yo/él son partes de una misma
energía; ambos desaparecen.
El niño simplemente es... inefable, indefinible,
un misterio, un asombro. El camello tiene memoria, el león tiene conocimiento y
el niño tiene sabiduría. El camello es o bien cristiano, o hindú, o musulmán,
teísta; el león es ateo, y el niño es religioso: ni teísta ni ateo, ni hindú,
ni musulmán, ni cristiano ni comunista. Sólo una sencilla religiosidad, la
cualidad del amor y la inocencia.
Adán comiendo el fruto se convierte en un
león. Antes de comer el fruto del Árbol del Conocimiento, era el camello. Y
cuando Adán ha vomitado nuevamente el fruto, abandonado su conocimiento, es el
niño. Ese niño significa Cristo. Cristo dice una y otra vez a sus discípulos:
«¡Arrepentios!». La palabra "arrepentios" en hebreo significa
"regresa, vuelve"; el jardín del Edén todavía te está esperando.
Vomita la manzana del conocimiento y las puertas se abrirán para ti.
El camello es Adán antes de comer la
fruta, el león es Adán después de comer la fruta, y el niño es Adán
convirtiéndose en Cristo, regresando a casa. El Buda lo llama nirvana, Jesús
lo llama el reino de Dios. Lo puedes llamar como te guste: Tao, dhamma,
moksha. Las palabras aquí no significan mucho; es un mundo de silencio. sin
palabras, una inocencia sin pensamientos.
Ahora la historia.
Un hombre sabio, la maravilla de su
tiempo, compartía con sus discípulos lo que parecía un inagotable almacén de
sabiduría.
Hay que descifrar cada palabra.
Un hombre sabio... ¿Quién es un hombre
sabio?: el niño.
La sabiduría no quiere decir conocimiento.
El conocimiento no es sabiduría, el conocimiento es una moneda falsa, pseudo-sabiduría.
Es prestado, lo has cosechado; está muerto. La sabiduría es lo que ha surgido
en ti, ha florecido en ti, sale de tu propio ser y de tu propia fuente; está
viva. La sabiduría es conocer la verdad por ti mismo. El conocimiento es
acumular información de otros que pueden saber o que pueden no saber. ¿Quién
sabe? Es una creencia, es memoria, es basura.
Un hombre sabio es aquel que ha entrado en
Dios, que ha penetrado en el misterio de la vida, que se ha encontrado con la
realidad. Un hombre sabio quizás no sea un erudito, quizás lo sea -no tiene
importancia-, porque la sabiduría no tiene nada que ver con la erudición. Jesús
no fue un erudito; cualquier otro rabino de su tiempo era más erudito que
Jesús. El Buda no fue un erudito; cualquier otro brahman pandit era más
erudito que él. No sabía mucho acerca de los Vedas pero era un hombre sabio. El
conocimiento llega a través de la memoria, la sabiduría llega a través de la
meditación. El conocimiento le es posible hasta a una máquina. Por eso los ordenadores
son eruditos, pero ningún ordenador puede ser sabio. ¿Has oído hablar de algún
ordenador sabio? Erudito por supuesto, más erudito que el hombre, más
eficiente, más habilidoso; con menos posibilidades de cometer errores; muy
rápido, rapidísimo, instantáneo. Haces la pregunta y ya tienes la respuesta,
pero ésta será aquella que se le ha introducido antes al ordenador. No puede
ser nueva, no puede ser original, no puede ser sabia. No se relacionará contigo
como persona, te dará simplemente una respuesta a la pregunta. Observa la
diferencia.
Si tú vienes a mí, tu pregunta es
menos importante, tú eres más importante. De hecho respondo a tu
pregunta para responderte a ti; la pregunta es secundaria. Pero si vas a
un ordenador, a un pandit, a un erudito, tú no eres importante, la pregunta
tiene toda la importancia. Él responde a la pregunta. El erudito, el hombre de
sabiduría responde al que pregunta. El erudito siempre será consistente. Tú
preguntas: «¿Existe Dios?», y el erudito siempre tiene una respuesta definida.
Si él cree que sí, dirá que sí. No le importa quién está haciendo la pregunta,
en absoluto.
Un día le preguntaron al Buda: «¿Existe
Dios?» y él dijo: «No». El mismo día, por la tarde, otro hombre le preguntó:
«¿Existe Dios?» y él dijo: «Sí». Y ese mismo día, por la noche, un tercer
hombre preguntó: «¿Existe Dios?» y el Buda se quedó callado. Ahora bien, esto
no lo puede hacer un ordenador. O bien sabes o no sabes. El ordenador
simplemente conoce la respuesta y la proporciona. ¿Por qué el Buda se comporta
de modo diferente con tres personas? Su discípulo, Ananda, estaba muy molesto,
no entendía el comportamiento del Buda. Naturalmente, había escuchado las tres
respuestas. Por la noche le preguntó al Buda:
-No puedo dormir. Cuéntame por qué. La pregunta
fue la misma. ¿Por qué contestaste de modo diferente? A uno le dijiste que no,
a otro le dijiste que sí, al siguiente no le dijiste nada, simplemente te
quedaste en silencio y cerraste los ojos. ¿Por qué? La pregunta fue la misma,
exactamente la misma.
-Pero los que preguntaban eran diferentes
-dijo el Buda-. Estaba contestando a los que preguntaban. Uno era un ateo, no
creía en Dios. Había venido a reforzar sus convicciones. Quería que yo dijera
que no para que su creencia pudiera hacerse más fuerte, y yo no puedo ayudar a
la creencia de nadie. Tengo que destruir las creencias. A ese hombre le dije:
«¡Sí, Dios existe!», porque a menos que las creencias sean debilitadas nadie
llega a saber.
»El otro hombre era un teísta, creía en
Dios. Había venido a que le apoyara. No estoy aquí para apoyar las creencias de
nadie. Estoy aquí para destruir todas las creencias para que la mente pueda
ascender por encima de ellas hacia el saber. Por eso a él tuve que decirle algo
diferente. ¡Tuve que decirle no!
»Y el tercer hombre no era ni teísta ni
ateo, de modo que no hacía falta ni un sí ni un no. Tuve que quedarme en silencio.
Le estaba diciendo: "Entra en silencio y conocerás. Haz lo que estoy
haciendo yo. Cierra los ojos, entra en silencio y conocerás". La pregunta
es tal que no puede ser respondida con un sí o un no. La pregunta es tan
profunda que sólo puedes conocer la respuesta cuando estás en un profundo silencio.
Tú sólo conocerás cuando la pregunta haya desaparecido; entonces la respuesta
surgirá en tu ser.
Esto es un hombre sabio. Esto no puedes
esperártelo de un estudioso, de un pandit, de un ordenador, de una
máquina.
Un hombre sabio, la maravilla de su
tiempo...
El hombre sabio siempre es una maravilla,
porque es indefinible, es misterioso. La presencia del hombre sabio te embarca
en viajes lejanos, en viajes fabulosos. El hombre sabio ayuda a que tu asombro
se fortalezca. No te proporciona conocimiento. Destruye tu conocimiento y
libera tu asombro, te convierte de nuevo en un niño, llena tu ser de sorpresa,
de poesía, de misterio, de
canción.
Un hombre sabio, la maravilla de su
tiempo, compartía con sus discípulos lo que parecía un inagotable almacén de
sabiduría.
Y la sabiduría es inagotable. El
conocimiento es inagotable, la sabiduría es inagotable, porque ser sabio
significa estar en conexión con la fuente infinita de la totalidad. Estar en
Dios es ser sabio. Dios es inagotable. El hombre sabio es un océano: puedes
tomar tanto como puedas, nada se reduce, permanece igual que antes. No puedes
reducir el infinito. El conocimiento es finito, es sólo una cantidad.
Él atribuía todo su conocimiento a un
grueso tomo que
disfrutaba de un lugar de honor en su
habitación.
¿Por qué atribuía su conocimiento a un
grueso tomo?: por los camellos. Éstos no entendían el misterioso origen de su
sabiduría. Para hacérselo comprensible tenía que guardar un grueso tomo en su
habitación y solía decirles: «Toda mi sabiduría sale de este libro». Eso es
comprensible. Si alguien dice: «Mi sabiduría proviene de los Vedas», lo
entiendes; alguien dice: «Mi sabiduría viene del Antiguo Testamento», y lo entiendes;
del Talmud, lo entiendes; pero si alguien dice: «Mi sabiduría no viene de
ninguna parte», de repente hay un malentendido. El camello no puede entender el
"ninguna parte", necesita que haya un determinado origen visible. Él
vive en lo visible. Puede comprender el libro, pero no el corazón. Puede
entender las teorías sobre Dios, pero no al mismo Dios.
Él atribuía todo su conocimiento a un
grueso tomo que
disfrutaba de un lugar de honor en su
habitación. El sabio no
permitía que nadie abriera el volumen.
Naturalmente, porque no contenía nada.
Estaba vacío. Lo mantenía en el misterio, inaccesible a todos. Estaba
custodiado.
Cuando murió, aquellos que habían estado a
su lado,
considerándose a sí mismos como sus
herederos, corrieron a abrir
el libro, ansiosos de poseer su contenido.
¡Fíjate en los camellos! Allí estaba la
fuente viva, pero ellos no estaban tan interesados en la fuente viva como lo estaban
en el libro. Hay millones de camellos como éstos interesados en el libro. Van
cargados con la Biblia, con la Gita. Memorizan la Gita. Van repitiendo la misma
Gita una y otra vez, leen lo mimo una y otra vez. Creen en el libro. Aunque
Krishna esté allí, seguirán leyendo el libro. Le dirán a Krishna: «No nos
molestes». Si Cristo llega mientras estás leyendo la Biblia le dirás: «Estate
quieto. Estoy leyendo el libro, ven más tarde. Éste no es el momento, estoy
rezando».
Y no te rías; ésta es la situación. La
gente cree en el libro demasiado. El libro se convierte en lo más importante,
¡la palabra se vuelve más importante que la verdad! ¡La palabra
"dios" se ha vuelto más importante que el mismo Dios!
Por eso cuando él muere, «aquellos que
habían estado a su lado, considerándose a sí mismos como sus herederos...».
¡No lo eran! Los camellos no pueden ser
herederos. Sólo en el tercer estadio, cuando eres un niño, puedes ser heredero
de tu maestro, no antes. Los camellos siguen diciendo sí, de modo que creen que
pueden convertirse en sus herederos porque son muy obedientes. Pero no pueden
porque no han aprendido todavía a decir que no.
Hay una famosa historia:
Un rabino oyó que uno de sus discípulos
había estado hablando cínicamente acerca de la experiencia de Dios y de sus
enseñanzas. Le llamó para tener una entrevista y le preguntó: -Dime, ¿has
estudiado los veinticuatro libros de la Biblia concienzudamente?
La honesta respuesta fue:
-No, no todos, y con certeza no
concienzudamente.
-¿Y el Talmud? -fue la siguiente
pregunta-. ¿Has leído sus sesenta volúmenes?
-No, no -fue la respuesta más asustada.
-Entonces déjame que te diga, hijo mío
-concluyó el rabino-, ¡no has estudiado lo suficiente para adquirir los
privilegios de la duda!
La duda es un privilegio. A menos que
hayas estado asimilando no serás capaz de convertirte en un león. Decir no, dudar,
es un privilegio. Es una etapa más elevada que la creencia, porque cualquier
cobarde puede tener la creencia. Para decir no y empezar a dudar se necesita
coraje. Casi siempre es así: los denominados teístas están en un plano
espiritual menor o más bajo que los ateos. El ateo está en un plano un poco más
alto, a pesar de que lo niegue. Es un león.
Esa gente debe de haber seguido al maestro
al pie de la letra. Y obviamente pensaban que eran los verdaderos herederos.
Corrieron a abrir el libro. El maestro había estado allí durante muchos años
con ellos y nunca lo abrieron, nunca miraron en su corazón, nunca lo
entendieron. Nunca bebieron de su fuente, pero ahora el maestro ha muerto y su
primera curiosidad es ir al libro y ver qué es lo que tiene escrito. Fíjate
cómo la gente se queda aferrada a lo insignificante y a lo no esencial.
Corrieron a abrir el libro, ansiosos de
poseer su contenido.
Los camellos son camellos. Están más interesados
en poseer el conocimiento que en volverse conocimiento, prefieren los
contenedores al contenido. El contenido ya no está, la llama ya no está en la
lámpara, ha desaparecido. Pero no estaban interesados en la llama, estaban
interesados en la lámpara, y continuarán adorando la lámpara para siempre. No
saldrá nunca ninguna luz de la lámpara..., la luz estuvo allí. No comprendieron
a su maestro porque toda su idea del conocimiento era posesión. El conocimiento
no es algo que se pueda poseer; tú no puedes poseer el conocimiento, y si lo
posees sólo será erudición. A menos que te conviertas en el conocedor no tienes
conocimiento. Sólo puedes fingir que lo tienes.
Se quedaron sorprendidos, confundidos y
disgustados cuando
vieron que estaba escrito sólo en una
página.
Los camellos siempre están interesados en
la cantidad, no en la calidad. Todo su interés está en... Se hubieran puesto
muy contentos si el libro hubiera estado escrito y si las páginas hubieran
estado escritas. Hubieran disfrutado mucho. Pero sólo había algo escrito en una
página y, además, en una esquina, el resto del libro estaba vacío.
Se quedaron sorprendidos, confundidos y
disgustados
cuando vieron que estaba escrito sólo en
una página.
Recuerda, el interés del camello está en
la cantidad, el interés del león está en la calidad, y el niño va más
allá de la dualidad. No está interesado ni en la calidad, ni en la
cantidad. Trasciende todas las dualidades.
Se quedaron incluso más desconcertados y
luego irritados
Cuando trataron de descifrar el
significado de la frase que
encontraron sus ojos.
Y sólo había un pequeño escrito, una sola
línea.
Decía: cuando te des cuenta de la
diferencia entre el con-
tinente y el contenido, obtendrás el
conocimiento.
Imagínate a ti mismo esperando durante
años para mirar en el libro, lleno de curiosidad durante años, y entonces
te encuentras con esto. Tú también te hubieras molestado; porque este maestro
es un engaño, porque ha estado diciendo: «Toda mi sabiduría proviene de este
libro», y en él no había nada, sólo una pequeña frase.
Pero esta frase es una semilla. Si la
entiendes, podrás alcanzar el significado de todas las escrituras del mundo. Es
algo condensado. Todas las escrituras están condensadas en esa frase: todos los
Coranes, todos los Vedas, todas las Biblias están condensados en esta única
sentencia, tremendamente poderosa. Medita sobre ella.
Cuando te des cuenta de la diferencia
entre el continente y
el contenido, obtendrás el conocimiento.
Los camellos sólo están interesados en el
contenedor; el contenedor lo es todo. No piensan en el contenido. Los leones
están interesados únicamente en el contenido; están en contra del contenedor.
El niño acepta ambos y va más allá, porque llega a saber que el contenido no
puede existir sin el contenedor, ni éste sin aquél. El contenedor lo es sólo
porque tiene contenido, y ambos van juntos. La materia y la mente existen
juntas. Dios y el mundo existen juntos, son inseparables.
El camello piensa que el contenedor lo es
todo. Esa es una visión parcial. Enfadado con el camello el león se va al otro
extremo y dice: «El contenido es suficiente, y no me preocuparé del contenedor.
¡Tíralo!». Pero si tiras el contenedor también estarás tirando el contenido,
porque son inseparables.
"Si tiras la flor estarás tirando
también la fragancia, porque van juntas, igual que el cuerpo y el espíritu. El
camello cree en el cadáver; no hay espíritu. No tiene ni idea del espíritu. El
león cree en el fantasma; está en contra del cuerpo.
Pero cuando has trascendido ambos, cuando
has dejado de decir sí a todo, o de decir no a todo, cuando ya no estás obsesionado
con el teísmo o el ateísmo, cuando no eres ni, tradicional ni antitradicional,
cuando eres sencillamente inocente con respecto a todas esas ideas, cuando tu
espejo está totalmente limpio, sin polvo alguno, cuando no te sientes identificado
con el camello, o con el león, cuando no eres ni un reaccionario, ni un
revolucionario, cuando simplemente estás ahí, como un espejo silencioso,
entonces llegas a saber que el contenedor y el contenido están unidos. A pesar
de que el contenedor no es el contenido, y de que el contenido no es el contenedor;
ambos van juntos. Viéndolos juntos y a la vez separados, el conocimiento
aparece. Uno llega a saber.
Cuando te des cuenta de la diferencia
entre el continente
y el contenido, obtendrás el conocimiento.
Y por último:
Muchos maestros han hablado en el idioma
de los camellos porque hay millones de camellos: Mahoma, Moisés y gente como ellos.
Han hablado el idioma de los camellos para que puedan entender. En esto hay
compasión, pero hay también un peligro: que los camellos se queden en camellos.
Algunos maestros han escogido usar el lenguaje del león: Cristo, Moisés. En
cuanto a la expresión se refiere, es mejor que la de Moisés y Mahoma, pero no
será entendida por las masas; Ese es el problema. Los camellos no serán capaces
de absorberlo.
Jesús fue asesinado porque los camellos se
enfadaron. Estaba hablando un idioma diferente, completamente ininteligible.
Les parecían tonterías. ¡Ese hombre estaba loco! Piénsalo, en un mundo lleno de
camellos, llega un león y empieza a hablar; no habrá camello que entienda.
Cuando Jesús fue asesinado, los discípulos que tenía, los doce apóstoles, eran
camellos. Él era un niño hablando el idioma de un león, y ellos eran camellos;
crearon el cristianismo. Y una vez que los camellos crearon el cristianismo,
éste se convirtió en una religión mundial.
El niño no tiene un idioma propio. La
inocencia no tiene palabras. Por eso, el niño tiene que hablar el idioma del
león por necesidad, porque es el más cercano a él, y el que mejor le sirve para
expresarse a sí mismo.
Sucedió en los tiempos del Buda. Él
hablaba en el idioma de los leones. El país estaba en un estado tal que había
varios leones disponibles. Era un clímax, un máximo. No era un valle oscuro,
era una cima llena de luz. Durante miles de años, en el pasado la India ha
estado buscando y trabajando sobre la verdad, qué es y cómo alcanzarla. Mucha
gente comprendió al Buda. Sus discípulos no eran camellos, eran leones. Los
discípulos de Jesús eran camellos. Jesús era un niño hablando el idioma de un
león. Cuando el Buda murió, sus discípulos eran muy testarudos. No hicieron concesiones
a los camellos. Fueron sobornados, fueron convencidos, pero no hicieron concesiones.
Siguieron rugiendo. El budismo fue arrancado de la India; los camellos
finalmente lo destruyeron.
Cuando los budistas escaparon de la India,
habían aprendido la lección: si quieres existir como religión, tendrás que
utilizar el idioma de los camellos. En China abandonaron el rugido del Buda. En
Japón, en Corea, en Ceilán, en Birmania, comenzaron a utilizar el idioma del
camello. Mahayana es "el rugido del león". Hinayana es una traducción
al idioma del camello del rugido del león. El budismo se extendió por toda
Asia. Sucedió algo extraño: en la India nació el budismo, pero desapareció de
la India, y todo Asia se convirtió al budismo.
Muy pocos han utilizado el idioma del
niño. Nunca reunieron muchos discípulos; no pueden. Puedes reunir grandes masas
a tu alrededor si utilizas el idioma del camello. Puedes reunir a los
intelectuales a tu alrededor si hablas el idioma del león. Krishnamurti reúne a
la intelectualidad a su alrededor; habla el lenguaje del león. Lao Tzu o Ramana
usan el idioma del niño. Nadie les entiende, pero no son asesinados; recuerda,
tampoco son crucificados. Nadie les entiende, nadie les sigue, nadie se
preocupa de ellos. Se piensa de ellos que son buenas personas, poetas, un poco
excéntricos, locos. La gente va a veces a ellos, es hermoso estar cerca de
ellos, pero no crean una conmoción en el mundo. Lao Tzu llega y desaparece, no
deja rastro. Ramana llegó y desapareció, sin dejar un rastro detrás. Éstos son
los tres idiomas. ¡Yo hablo todos los idiomas! Por eso encontrarás camellos,
leones y niños, todo tipo de gente a mi alrededor. Por eso parezco muy
contradictorio. No puedo ser en absoluto consistente: cuando me dirijo a un
camello hablo su idioma, cuando hablo con un león rujo, y cuando viene a mí un
niño, me río, sonrío y me siento en silencio con él.
Este experimento nunca ha sido hecho
anteriormente: nadie ha hablado los tres idiomas, porque crea problemas. Un
idioma es bueno porque uno permanece consistente. Conmigo nunca puedes estar
seguro, siempre estarás confundido. Pero yo uso la confusión también como una
estratagema. Si un camello resulta confundido, empezará a crecer como león,
porque a menos que esté totalmente confundido nunca crecrá. Si el león está
confundido, comenzará a transformarse en el niño, porque creces sólo cuando
estás muy confundido. Cuando no le ves sentido a ser quien eres, empiezas a
crecer, a mirar a picos más elevados; quizás desde allí haya una visión mayor,
una visión más grande. Utilizo la confusión como una estratagema. Confundiré a
los camellos, a los leones; los niños no pueden ser confundidos, ellos lo
entenderán. Serán capaces de entender que mis contradicciones no son contradicciones
en absoluto; sólo parecen serlo porque estoy hablando en tres idiomas.
Medita sobre esta historia.
Aquí, estando conmigo, no pienses en las
palabras. Mi mensaje no está en mis palabras sino en las pausas que hay entre
ellas. Mi mensaje no está en lo que digo sino en lo que soy. Mi mensaje no es
reducible a teorías y sistemas. O bien lo puedes vivir conmigo, o no lo
comprenderás. Es un fenómeno vivo. Una vez que me haya ido empezarás a buscar
en los libros, y te fastidiarás, y te enfadarás conmigo, porque sentirás que no
te has enterado.
Mientras estoy aquí, aliméntate de mí,
bébeme, absorbe. Abandónate a este misterio que te está siendo revelado, y entonces
habrá una posibilidad de que no mueras como larva, de que te conviertas en un
gusano, y finalmente te metamorfosees en una mariposa. iHaz crecer tus alas! iSueña
grandes sueños en los que te crecen alas! Tienes el potencial. Eres la semilla;
un gran, gran fenómeno es posible a través de ti. Y sólo cuando hayas florecido
sabrás qué es Dios, qué es la verdad.
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